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sábado, 21 de marzo de 2009

¿Hacia una revolución mental y no ciudadana?

Me encuentro altamente sorprendido por el hecho de que los ciudadanos hasta ahora no reaccionen por el irresponsable manejo económico de este gobierno de la revolución ciudadana. Los ciudadanos que votaron por el presidente Correa esperaban que su nivel de vida mejore con políticas que condujeran a la nación hacia el desarrollo sustentable donde la productividad y la razón fueran las directrices de ese ansiado cambio.
Los ciudadanos esperaban que la corrupción y los amarres se terminaran, pero dentro de su gobierno ha habido malos elementos y los actos cometidos por ellos ha ensombrecido su proyecto.
Los ciudadanos esperaban que la dolarización fuera fortalecida mediante estrategias propias del libre mercado y con una responsable austeridad. (La austeridad no significa dejar que los pobres sean marginados más bien un buen gobernante sabe que con la misma se los está ayudando en el largo plazo). La crisis financiera mundial es un factor exógeno que contribuye a hacer más grande el hueco del saco, es decir, que es una mentira echarle toda la culpa a la crisis; más bien la crisis nos permite dirigirnos hacia una económica real. Ahorrar en tiempos de vacas gordas para soportar cualquier crisis es una política no implementada en este gobierno.
Los ciudadanos esperaban que la seguridad social sea manejada técnicamente donde cada uno de los afiliados sepa el destino de cada uno de sus dólares y que los mismos estén sólidamente protegidos ya que son los ahorros de toda una vida a la que nadie tiene ningún derecho de tomar a la fuerza.
Si la revolución ciudadana significa que los ciudadanos de un país debemos conformarnos a vivir en un ambiente de inseguridad jurídica y económica, de miedo, de represalias, de asistencialismo, de insensatez, de violaciones de derechos individuales; entonces, dicha revolución solo ha quedado para la historia y como un simple membrete de un movimiento político.
¿Ustedes creen que un gobierno de derecha hubiera durado dos años en el poder empleando la misma política de los revolucionarios socialistas? Ni a seis meses llegaba, pero los agitadores de siempre son ahora los aliados del gobierno y se han vuelto cómplices de sus abusos de poder.
EL dictum de Lord Acton es una buena referencia en estos tiempos donde el gobernante se cree jefe de todos los poderes del Estado. Así, este gran profesor y filósofo nos decía sabiamente que: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. El poder no es eterno y la historia le pasará al presidente Correa la factura cuya deuda será más grande que la de sus antecesores los cuales fueron denigrados constantemente en su retorica ya acostumbrada. En vez de la revolución ciudadana debemos los ecuatorianos (los individuos que votaron y no por Correa) exigir como mandantes una verdadera revolución mental del mandatario para que no se enfrasque en teorías caducas, no plausibles que suenan bonito para el oído pero no es nada grato para los bolsillos.

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