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martes, 3 de julio de 2007

La verdadera política social: Más mercado y punto.

¿Por qué la palabra mercado asusta a políticos, periodistas, dirigentes sindicales y ciertos empresarios? ¿Por qué ellos emiten criterios desfavorables e incluso lo detestan? A diario alaban al Estado y denigran al mercado por ser, malo, cruel, inhumano y egoísta. Según ellos, el “capitalismo salvaje” es el culpable que los ecuatorianos sean pobres y es necesario que el mercado sea regulado para evitar más su acción devastadora.
El mercado para que funcione correctamente necesita ir de la mano con el establecimiento de un orden (normas, leyes) a la que se debe regir la sociedad para que las libertades sean respetadas. Este orden se llama Estado de Derecho. Su ausencia ocasiona una violación constante del principio de igualdad ante la ley, un irrespeto de los contratos y de la propiedad privada, una negación a la libertad de comercio y expresión. Lo peor de todo es que si en este orden el poder político se expande sin control alguno. En el hábitat de Tarzán no existe ese orden, no existen esas libertades por lo tanto no puede existir el mercado. El único que manda es Tarzán porque impera la ley del más fuerte. La regla esencial que debe aplicarse en la sociedad es que la libertad de un ciudadano termina cuando inicia la de otro. Si esta regla es comprendida y puesta en marcha a cabalidad, la sociedad ecuatoriana se enrumbaría en la senda del progreso.
En el mercado se premia al eficiente y se castiga al ineficiente. El que se esfuerza sale premiado en cambio el irresponsable queda fuera. Los empresarios eficientes sobrevivirán si satisfacen las reales necesidades de los consumidores. El mercado obliga a atender y a satisfacer los intereses de los demás. Ese es el verdadero valor social del mercado. Por tal motivo, es una insensatez que la Constitución exprese “el sistema social de mercado” ya que simplemente la correcta operatividad de la economía de mercado esparcirá sus beneficios a todos los miembros de la sociedad.
Ludwig Von Mises señaló sabiamente que: "..las leyes y constituciones más generosas, cuando desaparece la economía de mercado, no son más que letra muerta...". Es verdad, las constituciones socialistas suenan lindo a los oídos pero no conduce a ningún resultado favorable para los ciudadanos.
Dentro de un verdadero marco de competencia (sin barreras de entrada) se alcanzará eliminar todo tipo de prebendas y privilegios que atentan contra el sistema de mercado. Por ejemplo, si se eliminan las barreras de entrada en el mercado financiero y bancario permitiendo el ingreso de bancos extranjeros que oferten sus servicios a los actuales depositantes, el efecto mediato será un proceso de competencia donde solo quedaran los eficientes y los depositantes serán los únicos beneficiados con la baja de la tasa de interés.
El mercado no es en absoluto ninguna amenaza mas bien son oportunidades que se encuentran allí y deben ser encontradas.
La única política social del gobierno debería ser: Más mercado y punto.

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