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lunes, 17 de septiembre de 2007

El ser perfecto

Como es de conocimiento general, el Presidente Correa no acepta ningún tipo de críticas u opiniones contrarias a su gestión debido a que él ha manifestado que solamente la historia lo juzgará. La sociedad entera deberá pagar la factura por cada uno de sus continuos errores (no sólo económicos, sino constitucionales) hasta que la historia le inicie el juicio. ¿Cuál será el costo a pagar? Una sociedad más pobre y aislada del mundo. Una sociedad cerrada dominada por un fundamentalismo neosocialista que atenta contra la moral del ser humano que a rato raya por la idiotez. Si René Descartes estuviera vivo estuviera muy contento porque su “Hipótesis del Genio Maligno” estaría aplicándose en el Ecuador. La Hipótesis del genio maligno fue postulada por el filósofo Descartes en la duda metódica con la que ponía en cuestión los conocimientos aparentemente más seguros. Descartes titula a esta entidad hipotética de “genio maligno” para referirse a un supuesto dios que nos ha creado imperfectamente para que nos engañemos sistemáticamente, de tal modo, que creemos estar en la verdad cuando realmente estamos en el error. Cuando un individuo imperfecto toma una decisión y ve que los resultados inmediatos no son alentadores enseguida realiza una rectificación para evitar un resultado más grave. Pero, si este individuo se siente perfecto y lo rodean seres algo perfectos que lo hacen sentir perfectísimo entonces jamás vería un escenario desalentador. Este ser perfecto jamás va a aceptar un error y le echará la culpa a terceros para así evadir su responsabilidad directa de las consecuencias nefastas. Este ser perfecto solo posee ideas facticias cuya imaginación es tan poderosa que va construyendo más ideas sobre otras también imaginativas que lo ha separado de la realidad objetiva y ahora quiere hacer creer a toda una sociedad que el Socialismo del siglo XXI es un modelo creador de riqueza. Estas ideas producto de la imaginación de Heinz Dieterich Steffan calaron en el ser perfecto y lo va ejecutando lentamente llevando al abismo el país. Un ciudadano imperfecto imagina ver a su país próspero, libre y seguro pero los seres perfectos tienen una visión distinta de la soñada por el ciudadano imperfecto. Sus medios contradicen su objetivo y finalidades. ¿Por qué? No sé, no lo puedo imaginar porque yo soy muy imperfecto y la realidad de los perfectísimos es otra. ¿Usted se considera un ciudadano imperfecto o no?

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