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lunes, 29 de octubre de 2007

¿Hacia una sociedad totalmente estatista?

La visión actual del gobierno es convertir a la sociedad ecuatoriana en una que sea completamente estatista. La principal característica es la gran coerción que ejerce el gobierno contra las libertades individuales a cada uno de los miembros de una sociedad. El gobierno va acumulando más poder en forma casi imperceptible para la población en general hasta que el mismo no tenga límites de acción sobre las esferas privadas, y la sociedad entera le vaya cediendo sus libertades a cambio de una falsa prosperidad y esperanzas. (Indudablemente, hay un efecto marketero para el manejo de la marca “Correa” sin precedentes para posicionarla en la mente del consumidor final).
F.A. Hayek mencionaba que el poder debe estar siempre limitado en las manos de quién esté el gobierno para evitar cualquier tipo de abuso o atropello. No nos olvidemos de la célebre sentencia del filósofo inglés Lord Acton: “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Cada día vemos como el Estado va aumentando de tamaño y en vez de aplicar una política autonómica y descentralizadora se está re-centralizando (me gusta éste término) al país. Sin duda, a la larga originará más corrupción por el simple hecho de un verdadero mecanismo de autocontrol.
Una sociedad estatista va destruyendo la riqueza y propiedad privada bajo muchas falacias económicas e ideológicas. Una gran falacia es aumentar los aranceles (impuestos al comercio) para proteger la industria nacional y fomentar la competitividad. Los estatistas no se dan cuenta que esta medida disminuirá el comercio, la inversión, alentará el contrabando y volverá a las empresas locales más ineficientes y costosas. ¿En Ecuador se fabrican celulares? Por supuesto que no, entonces el aumento del arancel tiene otras intenciones que se dirigen hacia la intromisión de la libertad de elegir el bien que los consumidores mejor consideren. Pero, la fatal arrogancia de creerse dueños de la verdad absoluta y sentirse seres iluminados con vasta sabiduría originan las últimas medidas gubernamentales. Ya fracasaron estas políticas en los años 80 y volverán a fracasar. ¿Por qué volverían a aplicar las fallidas recetas cepalinas? Muy sencillo, son socialistas y su fundamentalismo solo les permite ver árboles y arbustos más no todo el bosque.
Recientemente, un funcionario de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) dijo en una entrevista que ya es hora de devolverle el rol que ha perdido el Estado en estos últimos años. ¿Cuáles serán esos roles? ¿Administrar los aeropuertos de Guayaquil y Quito? Al Estado no le van devolver ningún rol perdido sino le van a dar más roles, más fuerza. El presidente Correa no cree en las virtudes del mercado y pero aún en un concepto de sociedad abierta. ¿Quiénes son los enemigos de una sociedad abierta? Karl Popper, gran filósofo, en su gran obra “La sociedad abierta y sus enemigos” los identificaba con los regímenes totalitarios, comunistas y nazis. Estos regímenes afirmaban poseer la verdad definitiva e imponían sus ideas mediante el uso de la fuerza.
En el siglo XXI, los nuevos enemigos de una sociedad abierta son los neosocialistas (socialistas light), populistas que detestan al libre mercado, no entienden su funcionamiento. Kant afirmaba que la libertad de cada uno no va más allá de lo que es compatible con la igual libertad de los demás. Una sociedad abierta requiere la combinación de un mercado libre y responsable. Esta sociedad está formada por hombres libres sujetos a una verdadera legislación que quieren solamente trabajar, invertir y vivir. Cuando el concepto de libertad sea entendido y aplicado en nuestro país, entonces ese día los ecuatorianos podremos caminar hacia una sociedad abierta.

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