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domingo, 29 de julio de 2007

Apóstatas, bestias salvajes y gorditas horrorosas

8 de Julio del 2oo7
El presidente ecuatoriano Rafael Correa me ha escrito una áspera carta. No me reconoce ninguna autoridad para criticar sus actos de gobierno. No la tienen los veleidosos ''apóstatas que abjuraron de sus propios sueños''. A él, dice, sólo lo juzgará la historia. La carta es un acuse de recibo al envío de El regreso del idiota, un libro reciente que escribimos Plinio Apuleyo Mendoza, Alvaro Vargas Llosa y yo, prologado por Mario Vargas Llosa. En la obra --que retoma, diez años más tarde, el tema y la fórmula del Manual del perfecto idiota latinoamericano-- hay un breve capítulo dedicado a Correa donde se opina que este joven político, carismático y con un notable respaldo popular, es un consumado neopopulista, con la cabeza llena de disparates, que probablemente arrastrará a su país en la dirección del desastre. En realidad, no puedo quejarme. El presidente Correa ni pide ni da cuartel. A un transeúnte que le hizo un gesto obsceno de desaprobación lo mandó arrestar. A los periodistas ecuatorianos, en general, los ha calificado de ''bestias salvajes'' por divulgar videos que comprometen la probidad de algunos funcionarios, mientras a Sandra Ochoa, una respetable periodista que le hizo una pregunta incómoda, como era su deber de informadora, la llamó ''gordita horrorosa''. Ante semejante lenguaje, ser calificado de apóstata es casi un dulce elogio. No obstante, lo más alarmante no es el uso de este inapropiado vocabulario en un gobernante que reivindica constantemente la majestad de la presidencia, sino el fondo de la cuestión: el señor Correa cree que cambiar de opinión es un hecho reprobable. No ha descubierto que eso es, exactamente, lo que distingue a las personas razonables e inteligentes de los seres dogmáticos. Lo de apóstata con que trata de descalificarme viene a cuento de un manifiesto firmado por Mario Vargas Llosa y otros intelectuales y artistas en Viña del Mar, Chile, en 1969, cuando Mario sustentaba ideas contrarias a la libertad económica y política, idiotez ideológica y fallo moral de los que se fue librando por medio de lecturas valiosas, por la dolorosa observación del matadero cubano, y por el inocultable horror de todos los gulags provocados por el marxismo leninismo y otras catástrofes afines apoyadas por los soviéticos. Sencillamente, Mario, Plinio, Carlos Rangel, Octavio Paz y otros lúcidos intelectuales que en su primera juventud creyeron en las virtudes del socialismo, cuando conocieron de cerca sus frutos tuvieron el valor de renunciar al error, retractarse públicamente, denunciar los crímenes cometidos y colocarse junto a las víctimas. Según el presidente Correa, Vargas Llosa debió permanecer fiel a la equivocación, acaso porque le parece que rectificar es una muestra de debilidad de carácter o una oscura forma de traición. Tal vez el señor Correa debería observar cuidadosamente el ejemplo de su vecino peruano Alan García. En 1985, a los 36 años, fue elegido presidente. Era, como él, joven, carismático, brillante, cantaba y tocaba la guitarra, y había obtenido un doctorado en Europa, en La Sorbonne de París. Tenía, además, la cabeza llena de ideas, sólo que las equivocadas. Era estatista y creía, muy keynesiano, en las virtudes del gasto público para modular la economía, desconfiaba del mercado y de la empresa privada, trató de nacionalizar la banca, y atribuía al Fondo Monetario Internacional la culpa de todos los males que afligían al país. Era, sin embargo, un demócrata formal: respetó escrupulosamente la libertad de prensa, no respaldó la expulsión ilegal de la mitad del Congreso, ni condenaba o trataba de manipular al poder judicial cuando los fallos le eran adversos. No obstante, los resultados de su primer gobierno fueron terribles: se desató la hiperinflación, aumentó la pobreza, la inversión cayó en picado y los capitales huyeron, mientras las guerrillas maoístas de Sendero Luminoso incendiaban al país. Alan abandonó el gobierno absolutamente desacreditado. Las tres cuartas partes de la sociedad lo detestaban. Pero en el 2006 García volvió al poder. Sus compatriotas le dieron una segunda oportunidad. ¿Por qué? Porque prometió no cometer los errores de su primer periodo, porque era un extraordinario candidato y, sobre todo, porque su contrincante era Ollanta Humala, la versión local de Hugo Chávez, y la mayoría de los electores no quería meterse otra vez en un berenjenal autoritario y comunistoide como el que conocieron durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado (1968-1975), el precursor de Hugo Chávez, un desastroso espadón que destruyó la economía del país y pulverizó las instituciones democráticas. Alan García cumplió su promesa. Desechó sus fatigadas fantasías socialistas de la juventud y comenzó a gobernar con la sensatez de cualquier gobernante serio y maduro del primer mundo. ¿Resultado? En Perú la economía crece al ritmo del 8% anual, la pobreza y el desempleo disminuyen, y por primera vez en su historia el país advierte un fenómeno asombroso: los capitales ecuatorianos cruzan la frontera en dirección de Lima. Es una lástima que el presidente Correa no crea en las virtudes de la humildad intelectual y en la rectificación de errores. Me temo que todos los ecuatorianos pagarán caro ese inquietante rasgo de su carácter.

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viernes, 20 de julio de 2007

Desdolarización y moneda única: II

Continúo leyendo el documento y me encuentro con varias afirmaciones erradas ya que se califica a la dolarización como un absurdo económico, geopolítico e indica que su implementación se la tomó de forma apresurada en un momento de gran crisis. Recordemos que la economía ecuatoriana ya se encontraba dolarizada en un 60% (dolarización informal) cuando el gobierno de Jamil Mahuad lo anunció oficialmente al país. Los agentes económicos realizaban la mayor parte de sus transacciones diarias en dólares y no en sucres, es decir, que la demanda por sucres fue disminuyendo rápidamente. Era algo inevitable, el 9 de enero del 2000 se dio simplemente la dolarización formal de la economía. La decisión de dolarizar fue muy tardía por parte del gobierno y esa demora pudo haber impedido que el tipo de cambio no haya sido 25000 por dólar sino menos. El costo social fue muy grande y pudo ser evitado pero la ideología, un falso aferro soberano y el orgullo a veces están por encima de la lógica y sensatez. La dolarización sólo tenía la misión de devolvernos la tranquilidad para poder trabajar y planificar. La estabilidad monetaria era su objetivo y lo ha cumplido brindándonos el beneficio de no tener más un impuesto distorsionador (inflación) de dos dígitos. No se olvide que la inflación bordeaba en un 61% para diciembre de 1999. ¿Se olvidó?, pues no lo haga. Antes de la dolarización fueron tiempos muy dolorosos que son difíciles de borrar de la memoria. Las etapas de la desdolarización de la economía implican de entrada un robo legal a la riqueza de los ciudadanos y una clara violación de las libertades y derechos ya que para evitar un pánico financiero se deberá realizar varias devaluaciones durante el proceso de ajuste, se prohibirá el retiro de los fondos en los bancos para enviarlos al exterior y se obligará utilizar la nueva moneda (generación de demanda) mediante algún artilugio constitucional. La desdolarización no será anunciada oficialmente por el gobierno sino que se crearán los escenarios para que el sistema poco a poco se vaya desmoronando. Así pues, se incrementará el gasto público sustancialmente, no se implementarán políticas que alienten el comercio y habrán inyecciones directas a la economía (bonos de vivienda, desarrollo humano, préstamos quirografarios) que incrementarán los precios y por ende la inflación. La nueva moneda circulará junto con los dólares cuando el sistema esté cerca de desmoronarse y se iniciará el periodo de canje para que en los bolsillos de los ecuatorianos no tengamos una riqueza real sino simplemente papeles y trozos de metal cuyos valores serán artificiales. ¿Usted desearía tener en su bolsillo una moneda creada por gobernantes que no crean riqueza sino que fabrican miseria? La Unión Europea no ha tenido el éxito esperado como una zona que maneja una moneda común (euro) ya que su problema es principalmente fiscal. El sueño bolivariano es formar un bloque regional y una unión monetaria al estilo europeo, pero ¿Quién nos garantiza que en una “Zona Bolivariana de Naciones” sus miembros se abstengan de gastar excesivamente? ¿Quién nos asegura que no vaya a pulverizar el ahorro nacional? Los ecuatorianos contamos con una moneda dura, vivimos una economía real donde todos los agentes pueden planificar a largo plazo, ahorrar e invertir su riqueza. La dolarización es el mejor arma que tiene el ciudadano para impedir que manipulen su dinero y violen sus derechos de propiedad. No debemos dejárnosla quitar fácilmente. ¡A defenderla se ha dicho!

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martes, 17 de julio de 2007

Desdolarización y moneda única: I

Algunas personas todavía siguen dudando que el gobierno del presidente Correa tenga un plan oculto, el cual consiste inicialmente en eliminar el sistema de la dolarización y después dar el zarpazo final apoyando la creación de una moneda única para los pueblos latinoamericanos. Las ideas en contra de la dolarización no son para nada nuevas, puesto que, cuando él era catedrático en la Universidad San Francisco de Quito elaboró un documento de ocho páginas titulado: “ECUADOR: DE ABSURDAS DOLARIZACIONES A UNIONES MONETARIAS”. La fecha de la publicación data el 29 de marzo del 2004. En este documento se señala que la dolarización es inviable en el mediano y largo plazo porque no se ajusta con la Teoría de las Áreas Monetarias Óptimas (AMO) iniciada por Robert Mundell en los años sesenta. La Teoría AMO indica que los países que estén integrados comercialmente y cuenten con una moneda común experimentarán una reducción en sus costos de transacción. Se plantea “una salida ordenada y rápida de la dolarización antes que los fundamentos económicos se deterioren más por la fiebre aperturista-comercial que vive el país”. Además, él establece tres etapas para la salida paulatina del sistema dolarizado, donde la primera etapa busca un blindaje financiero y externo, la segunda etapa de desdolarización y una tercera etapa de corrección de precios relativos. Al final, hay una propuesta concreta para el largo plazo que consiste en una cuarta etapa de la desdolarización donde se crea una moneda común andina para enfrentar la globalización económica calificada por él de “neoliberal”.

Comencemos indicando que la gran desventaja de la Teoría AMO es que si una región en particular quiere mantener el empleo (pleno empleo) deberá reducir sus salarios reales. Se necesita de una alta movilidad laboral (migración) para hacer frente a las crisis que se presentaran. En el año 2002, el mismo creador de la Teoría AMO ya había manifestado con certeza que las uniones monetarias no son una panacea porque el crecimiento económico de la Eurozona estaba por debajo de su potencial debido al exceso de regulaciones, distorsiones fiscales y principalmente por los subsidios que han ahorcado al sector privado. La dolarización va en contra de la Teoría AMO porque simplemente el gobernante ya no tiene control sobre el dinero de los ciudadanos. El filósofo griego Diógenes, en el siglo IV A.C., dijo que el dinero era el juego de los políticos y no se equivocó en su sentencia ya que la política monetaria en nuestro país se la instrumentó de forma irresponsable e inmoralmente so pretexto de aumentar nuestra competitividad. ¿Por qué se quiere desdolarizar la economía en vez de reforzar el sistema? Para reforzar el sistema se debe hacer lo que los socialistas no saben hacer: aumentar la productividad (eficiencia) de la economía. La dolarización es la camisa de fuerza para que los gobernantes no incrementen el gasto público pero como este gobierno, hasta ahora, se ha dedicado a prácticas populistas necesita con suma urgencia de una fuente de dinero fácil para seguir alimentando las ilusiones de las personas.

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martes, 3 de julio de 2007

La verdadera política social: Más mercado y punto.

¿Por qué la palabra mercado asusta a políticos, periodistas, dirigentes sindicales y ciertos empresarios? ¿Por qué ellos emiten criterios desfavorables e incluso lo detestan? A diario alaban al Estado y denigran al mercado por ser, malo, cruel, inhumano y egoísta. Según ellos, el “capitalismo salvaje” es el culpable que los ecuatorianos sean pobres y es necesario que el mercado sea regulado para evitar más su acción devastadora.
El mercado para que funcione correctamente necesita ir de la mano con el establecimiento de un orden (normas, leyes) a la que se debe regir la sociedad para que las libertades sean respetadas. Este orden se llama Estado de Derecho. Su ausencia ocasiona una violación constante del principio de igualdad ante la ley, un irrespeto de los contratos y de la propiedad privada, una negación a la libertad de comercio y expresión. Lo peor de todo es que si en este orden el poder político se expande sin control alguno. En el hábitat de Tarzán no existe ese orden, no existen esas libertades por lo tanto no puede existir el mercado. El único que manda es Tarzán porque impera la ley del más fuerte. La regla esencial que debe aplicarse en la sociedad es que la libertad de un ciudadano termina cuando inicia la de otro. Si esta regla es comprendida y puesta en marcha a cabalidad, la sociedad ecuatoriana se enrumbaría en la senda del progreso.
En el mercado se premia al eficiente y se castiga al ineficiente. El que se esfuerza sale premiado en cambio el irresponsable queda fuera. Los empresarios eficientes sobrevivirán si satisfacen las reales necesidades de los consumidores. El mercado obliga a atender y a satisfacer los intereses de los demás. Ese es el verdadero valor social del mercado. Por tal motivo, es una insensatez que la Constitución exprese “el sistema social de mercado” ya que simplemente la correcta operatividad de la economía de mercado esparcirá sus beneficios a todos los miembros de la sociedad.
Ludwig Von Mises señaló sabiamente que: "..las leyes y constituciones más generosas, cuando desaparece la economía de mercado, no son más que letra muerta...". Es verdad, las constituciones socialistas suenan lindo a los oídos pero no conduce a ningún resultado favorable para los ciudadanos.
Dentro de un verdadero marco de competencia (sin barreras de entrada) se alcanzará eliminar todo tipo de prebendas y privilegios que atentan contra el sistema de mercado. Por ejemplo, si se eliminan las barreras de entrada en el mercado financiero y bancario permitiendo el ingreso de bancos extranjeros que oferten sus servicios a los actuales depositantes, el efecto mediato será un proceso de competencia donde solo quedaran los eficientes y los depositantes serán los únicos beneficiados con la baja de la tasa de interés.
El mercado no es en absoluto ninguna amenaza mas bien son oportunidades que se encuentran allí y deben ser encontradas.
La única política social del gobierno debería ser: Más mercado y punto.

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